sábado, 19 de julio de 2008

Amantes y artistas

Desde un ámbito menos nihilista de lo cotidiano, siendo un apóstata posmoderno, sintiéndome muy sincero con las palabras impresión, intuición y docsa; voy a referir algunos desvaríos en torno al amor. Primero tengo que decir que a pesar de todo y con todo lo que me ha pasado en mis 23 años de existencia no me he enamorado ni de nada ni de nadie; lo más cercano al amor es mi caráster egolátrico. Diganme demente, indudablemente; pero si la más mínima impresión de que pienso en amor es decir que no soy un enamorado, no lo he sido y probablemente no lo seré; puedo decir que a mi punto de vista (y despuès de haber leido el prólogo del Arte de Amar de Erich Fromm) el amor es un arte que en mi inacertivo fluir existencial no he probado. Dar, recibir, hasta Benedicto XVI habló de esto y me parece que los horizontes que nos abruman en cuanto a la existencia son horizontes tan alejados de nosotros mismos que tengo que cantar con el poema de Neruda: "Tengo miedo, la tarde es gris y la tristeza del cielo se abre como una boca de muerto. Tiene mi corazòn un llanto de princesa olvidada en el fondo de un palacio desierto" Y ¿por qué son lejanos? no tengo la respuesta a eso, solo posibles hipótesis: no hemos descubierto sentido de existencia ¿por qué? porque nos hemos despersonalizado con la cultura, con la masa; o nos hemos despersonalizado porque no hemos descubierto sentido de existencia; o no hemos descubierto la existencia despersonalizada porque no hay sentido; o sin sentido despersonalizado no existimos; o no existe sentido ni despersonalizaciòn, solamente estamos. No sé cabrían millones de conjeturas, pero al punto al cual quiero llegar es que liberados de todo egoismo, decentrados de nuestra insolidaria causa de muerte por consentir la vanalidad de una vida sin proyectos, anclajes ni derroteros; podamos llegar a decir un día que hay un sentido que es horizonte y que es camino hacia el mismo. Victor Emile Frankl nos legó una experiencia valiosa de camino desde sentido y las realidades polipotenciales del hombre en su integridad como constiutyentes de sentido de vida; yo digo, pensando con Fromm desde El Miedo a la Libertad, que el hombre no ha descubierto sentido de vida porque ha perdido radicalmente el valor de un subjetivismo no obligante sino articulante con las dimensiones altéricas; porque a pesar de sus luchas y afanes de emancipación, por librar a lo alrgo de la historia las más cruentas batallas, aún sigue relegado al servilismo de sí mismo, de su pereza emocional, intelectual, espiritual. Víctima de sí mismo, encerrado en su apatía, postergado en sí mismo por su indiferencia vive y no vive. Grupos emergentes demuestran qu elo que digo no es tan sacado del psiquiátrico: los emo con su radical indiferencia por todo lo que signifique superación, los homofóbicos con su miedo incontrolable a su propia pulsión homosexual, los grupos moralizantes con su actitu de lamesantos pero que revelan que han muerto para sí mismos, para los demás, para el mundo, para la simple sínderesis. La muerte nos ha tocado tan de frente que es el único horizonte de existencia; como lo dice el poeta "Y qué somos sino muerte, miedo y olvido" en una declaración desgarradora del brutal ensimismamiento de cara a la aniquilación, reforzado con el sugestivo título del novelista pasisa Faciolince: El Olvido que Seremos; me parece que en este punto para los hombres del mundo de hoy ni siquiera somos, simplemente estamos, hacemos, vivimos -biologicamente hablando- pero no somos nada seremos, pero después, postergados, insufribles víctimas de un relativismo que se ha relativizado incluso a sí mismo. Si así es el hombre de este mundo, irreflexivo, an-introspectivo qué le espera a las generaciones que vienen y que seguramente esperaran de sus padres modelos de vida dignos de ser imitados. El hombre para nada es libre porque teme la opción libertaria, porque ha despreciado la oferta del silencio en un mundo convulsionado por la oferta de la tecnología, la moda, el libertinaje, el ensimismamiento sin sentido, irreflexivo e iconscientizador; el ensimismamiento de la apatía y la burda oferta de la presencia ausente del individuo en los grupos e instituciones sociales en donde trama más deshumanización.



lunes, 7 de julio de 2008

Repensar lo impensado


Repensar lo impensado




El miedo, la negligencia o la simple incapacidad intelectual son factores que determinan un camino de fin de siglo frente a las potencialidades casi naturales que el hombre carga sobre su cerviz incluso desde antes de proveerse de los medios necesarios para constituir sociedades posmodernas. En el caminar del pensamiento técnico, práctico, conceptual, sistemático... sin embargo, en su afán de categorizar el conocimiento tras fórmulas fijas, sincrónicas; ha impuesto sobre su propia significación de lo real un ideal fijista que no ha permitido lo que en otros estadios se ha constituido en los grandes saltos del conocimiento y que ha sido emprendido por pocos (con relación a la gran masa de individuos pensantes que a lo largo de la historia tienen las mismas potencialidades de pensamiento plástico, es decir creativo, evolucionador) que han osado escupir a la cara del determinismo. Es pertinente entonces asumir actitudes nuevas; lanzarnos hacia los caminos de un nuevo paradigma, de una nueva manera de entender al hombre, al mundo, al yo; pensar lo impensado es oficio de temerarios; pero repensar lo impensado es oficio de poetas. Lo impensado, lo que por miedo no hemos afrontado en nuestros dominios explicativos, es de pronto aquella faceta olvidada del conocimiento que es necesario desmitificar. Ese interesante camino que se camino en la incertidumbre, como lo define Machado: “caminante no hay camino, se hace camino al andar”, es abrirse al apasionamiento por la vida, en sus aleatoriedades, en sus azares que constituyen su más profunda certeza. La criticidad, el despertar del hombre dormido son los retos a afrontar, pues en una medida u otra estamos aún en la cueva de Platón, viendo las sombras de la realidad reflejadas en las paredes de la caverna en forma de sombras; pero hay un agravante: pensamos que estamos fuera de la caverna, que miramos el mundo objetiva y fijamente. Si el pensamiento siempre ha tenido miedo a la incertidumbre, caen ella sin darse cuenta; qué contradicción, pero es imteresante despertar, abrir los ojos, salir de la caverna. Viene a mi memoria aquella narración bíblica del texto de la conversión de Pablo en donde después de la ceguera cayeron de sus ojos como escamas que no le permitían ver. El hombre que ha surgido fruto de la perversión de las ciencias deterministas ha caminado detrás de sus postulados asegurando en sus ojos las mismas escamas de Pablo de Tarso; solamente que es muy difícil encontrar el anciano de Damasco que sea capaz de obrar el “milagro”, es más este ya murió. El camino de la concientización ya no parte por manos de hombres misticoides y por medio de experiencias ultrasensoriales “sui generis”; parte de hombres apasionados de verdaderos aventureros que quieran asumir los tabúes -que a lo largo de la historia en donde se ha forjado el conocimiento- han oscurecido el horizonte de los hombres sencillos que han dado su asentimiento a las verdades parciales que quieren aparecer como totales. Pero es innegable el aporte que estos conocimientos han dado a este punto en el cual reflexionamos ya que s in ellos no sería posible por ejemplo que un día el hombre aspirara por ejemplo a recrear al sol en un laboratorio en Japón o a pensar por ejemplo en la posibilidad de descubrir que en un simple ser humano hay una complejidad cerciente que se hace más consciente de sí misma en la medida en que las ciencias caminan de la mano de ese mismo hombre que pregunta.

sábado, 28 de junio de 2008

De cara a la indeterminación



En el proceder emtodológico, en la visión de mundo como un todo organizado, en todo proceso vivo, social, cultural, humano, vivo, inerte...vemos la faceta de la indeterminación, del azar, de lo aleatoreo; que circunda y que ensombrece el camino de la determinación de los procesos en unidades cuantificables, verificables, demostrables. En este sentido valga notar el aspecto paradigmático del conocimiento que es el medio en el cual está inserta nuestra existencia y que delimita nuestro accionar y nuesro ser en ese mundo. Paradigmático en cuanto a la dificultad para asociarlo a una forma determinada de acceso a este y por lo tanto en cuanto a su dimensión de comprensividad y accesibilidad. Dudas, confusiones; son matrices que a lo largo de la evolución del conocimiento humano, han sido vistos como monstruos, terroristas de un aprehensión que solo busca satisfacer el ansía de determinismo, de abracar el conocimietno en todas sus fuentes y principios, poniendo entonces al pensar humano en la inalcansable posición del absolutismo. Es pertinente repensar en este tiempo el papel que juega la indeterminación a la hora de pretender alcanzar la "verdad", ya que sin este aspecto que llega a nosotros insospechadamente a razón de los movimientos genésicos, generadores, genéticos; no podemos pensar en un conocimiento absoluto -sin pretensión de llegar a él- sino más bien nos vamos a poner de frente a saberes fragmentarios, incompletos, desarticulados. Es así como al repensar las facetas del conocimiento que circunscriben el pensar humano en su relación sujeto-objeto (en bucle) es un paso indispensable para salir de frente a la tarea de abordar la realidad como sujetos interpelados por la religación de la misma. Repensar, reanalizar, resignificar todo aquello que la ciencia a lo largo de los siglos ha dado por sentado en base a presunciones de un saber totalitario pero incompleto, unificante pero desintegrador; de un saber que se ha pensado a sí mismo como acabado y basta, como un saber pobre y vil que ante la pretensión de ir más allá, de autoconciencia de la ciencia; aparece como inquisidor y juez y destierra del campo de los vivos a aquel pensamiento noble e independiente que brota de las pretensiones filantrópicas de hombres que piensan el saber como la riqueza inexplotada del mundo de hoy y que a diferencia de los presupuestos capitalistas del conocimiento, es un posibilitar el vuelo de saberes que están abiertos al alcanze de todos los hombres.

miércoles, 18 de junio de 2008

La oposicion posmoderna

En el mundo de la posmodernidad hay sin lugar a dudas un gusto por la indeterminacion que nos llevan a repensar la liquidez de los productos propios de la potencialidad del hombre. La fluidez, la transparencia y la potencia creativa del material liquido, nos hacen repensar los intereses existenciales del hombre. Estos intereses fieles al valor del sensus vitae estan en extrema oposicion a los valores e imposturas posmodernas. Oposicion een el sentido de que el sensus vitae es un juego de confrontaciones espaciotemporales con el yo y con el otro; es decir es una apertura de la onciencia a si misma que brota de la reflexion del yo sobre el mndo y lo trascendente aunque se revalore el sentido de lo metafisico en los actuales pensasores como Morin que ve en la naturaleza abstracta de la naturaleza y del hombre, a los elementos indeterminativos aleatorios genesicos y geneticos de la ''fisiologia'' no comprometida con la norma pero determinada por ella y no podemos menos que revatir nuestros esquemas explicativos a la instalacion de provisionalidad. Provisonalidad que no esta caracterizada por el acercamiento del sensus en todos sus sentidos y especialmente el vital; pensar en un yo es emprender el camino hacia la experiencia reflexiva de madurez acertiva pero sin caer en la fuente frustrante de los reduccionismos que no nos permite entrver el valor de lo subjetivo en relacion objetiva pero no objetal.

viernes, 6 de junio de 2008

Visión de la filosofía de Nicola Abbagnano desde una perspectiva existencialista soteriológica

Nicola Abbagnano, filósofo italiano presenta en los albores de su pensamiento la construcción de un mecanismo de impostación criteriológica que nos abre las puertas hacia una especie de existencialismo positivista, no en cuanto a lo que de positivo podamos conocer sino más bien en cuanto a la literalidad práctica de positivo podamos encontrar. Como primera medida en la cuestión aclaratoria de estadios de reflexión profundos mediados por el pensamiento de Abbagnano, vamos a delimitar este objeto de estudio, es decir el elemento espúreo soteriológico de una existencia que es desde los presupuestos de esta filosofía emergente. En primera medida empecemos diciendo que los criterios que nos llevan a definir el pensamiento de Abbagnano, nos sitúan de frente a pensadores como Diltey, Heiddeger, Nietzche, entre otros. Empezando a expresar en la medida que nos vamos acercando a las insondables profundidades de su pensamiento cabe la mención de un pensamiento que basado en el concepto de estructura de Diltey nos toma la mano para conducirnos a un punto crucial en este momentum de reflexión: la apertura a la dimensión de la posibilidad de la posibilidad. Ya no es más el Dassein, el yecto en el hombre, la desnudez absoluta de toda prenda dignificadora y dignificante, sino más bien la apertura hacia el enriquecimiento de la dimensión total de hombre desde este aspecto significante en donde la posibilidad de existir no es un fenómeno aisaldo sino consustancial de la existencia. No cabe entonces la apreciación de la precedencia de la existencia o la esencia sino más bien la expresión llna de existencia en donde el existir más que conceptualización o fantasmagorización se hace expresión vital en los contextos recurrentes y recursivos de la expresión vital desde donde fluye la existencia del hombre hacia los espacios vitales armónicos y concretos en donde se desenvuelve su existencia. Así, aunque la dimensión salvífica de la existencia parece ser un estadio suprasensible, es tangible desde la concreción de un ámbito tangible del sensus vitae...

domingo, 25 de mayo de 2008


En este punto de mirar hacia atrás y recordar con nostalgia a algunos seres queridos que partieron hacia el abrazo clandestino de la muerte, podemos nada más que analizar desventuradamente que allí donde las fronteras del mundo se nos cierran en la cara es en donde encontramos un nuevo horizonte para entender la realidad en donde estamos inmersos. o ¿cómo pensar en la muerte sin pensar en vida? Allí donde la muerte nos presenta de oscuro, es en donde la vida no encuentra su fundamento cmo tal, pero sí es en donde el hombre encuentra un momento cumbre de reflexión existencial que lo pone de frente a aquello que espera y que tiene por fundamental a la hora de significar su existencia. En las palabras de Juan Ramón Jiménez: "Morir es solo mirar adentro, abrir la vida solamente adentro. Morir es ser un castillo inexpugnable para los vivos de la vida". Podemos entonces identificar una actitud frente a la muerte, la aceptación. Cuando se acepta aquello que es natural, se acepta la vida en todas sus connotaciones, en todas sus manifestaciones. Y la vida es eso, es un mirar hacia ese fenómeno reordenador de la incertidumbre del ocaso. Pero sin caer en un pensamiento que nos direccione hacia "el hombre es un ser para la muerte" en las palabras de Heidegger, no digamos esto sino que más bien el hombre es un ser para vivir la vida y para en la vida afrontar la muerte naturalmente con naturalidad. Por qué escribo sobre estas cosas, no lo sé, yo soy el único que sabe de esta página porque la cree así casi se me olvide la contraseña; seguramente me he acostado pensando en los preparativos de las cosas para mi muerte... En este trance de melancolía, tratando de aceptar una realidad a la cual temo profundamente por aparecer tan sencillamente escondida, pudiese hacer la salida olímpica del teorema de Gödel pero yo creo que es más sencillo y reconfortante hacer la opción por meditar la muerte, de pensar en ella como en una criatura que se mese en nuestros brazos y que en un inesperado momento nos mira al rostro y nos exhorta a morar con ella en los dominios de sus ojos ocres. Vida de muerte y muerte de vida: es el trance en el cual mesemos nuestros infortunados traseros, es la realidad genésica y generatriz de existencia, de momentum. Vive la muerte y espera en ella lo que ella misma deviene en tu ser, exactamente eso, nada. Nada más que eso. Pero continúa esperando, porque cuando nos saltamos este imperativo casi categórico es en el momento en el cual, sabiéndonos inespectantes, nos significamos una nimiedad insignificante y sin sentido. La muerte entonces nos significa, y más que enemiga de nuestra cerviz es maestra de vida

Exiextencialidad

La piedra azul por donde se va al ser,
era roja porque no era piedra;
màs por ahí se llega sin llegar...

viernes, 2 de mayo de 2008



Reconociendo la polillería

Cuando en 1728 se funda el pedrocheño español, don francisco Fernaández de Contreras según refiere el himno somos casta nobleza y honor. Qué polilla es todo hombre. -*:Mecanismo de proyección- Las pulsiones homosexuales son realidades de todo aquel que se digne tener un falo promedio, hiper o hipotrófico. En esta caracterización del hombre como ella, se puede afirmar según el instinto que nada es más grande en el hombre que su deseo por ser autereconocido y autoaceptado. Más la represión trófica* es un aliciente del profundo estado de degeneramiento en las impostaciones sensibles sentimentales que lo llevan a considerarse como un bicho alterno y por tanto como un ser austaeramente privado de emoción. Qué mierdero tan hijueputa... La polilla está en ti, reconócela, acéptala y ámala porque según From es el primer paso para ser feliz, ya que si la amas te amas querido amigo del género masculino. Homofóbico, qué pena decirtelo hay un polilla en ti. Y si quieres arranacarlo de ti arráncalo de tu impronta genética pues eres medio hembra XY dicen los libros y tu madre XX...ah qué pena tu pene es barita dulce que busca una flor de loto de una u otra forma y además si al enfrentarte a tu miedo de ser polilla, golpeas a aquel que lo es pues esto te hace más polilla y menos feliz. Chau

jueves, 24 de abril de 2008

Para todos ustedes no sé que escribir. Por eso es interesante...

Cuando un cristiano baila, baila, baila baila. Dice una conocida canción. Pero hasta qué punto podemos decir que se han perdido las hojas si no hemos visto salir el sol en el pantalón anaranajdo de nuestras abuelas zoofílicas. Es interesante ver que en el instituto para la vagina ofendida por las manchas en el panti, se entiende de manera casi perentoria esta condición de humedad tan favorable para la aparición de catorce parejas llenas de fluidos excretados por sus cabellos marrones. Felicidades Fidel...
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